El señor Neil deGrasse demuestra ser una de esas personas que no sólo sabe, sino que da gusto oírle explicar lo que sabe. Es un astrofísico estadounidense y director del planetario del Museo de Historia Natural de Manhattan que aparece bastante a menudo en televisión.
En esta charla le preguntan si cree en los OVNIs, y en su respuesta hay unas cuantas perlas dignas de destacar.
Existe un fascinante fenómeno en la mente humana: el "argumento desde la gnorancia". Funciona así: alguien ve unas luces en el cielo. No las había visto nunca antes, no entiende lo que es. Y dice: "No sé lo que es, deben ser formas de vida extraterrestre visitándonos desde otro planeta". A ver: ¡Si "no sabes qué es", ahí es donde debería acabar la conversación! No debes decir que es algo.
La forma más baja de prueba científica es el testimonio ocular.
La percepción humana está dotada de un montón de maneras de entender mal las cosas. Pero no nos gusta ser tan autocríticos, porque tenemos un muy alto concepto de nuestra biología humana, cosa que de hecho no deberíamos.
A todos nos gustan los libros que tratan sobre esas cosas llamadas ilusiones ópticas. Pero no es así como deberían llamar al libro. Deberían llamarlo: "Fallos Cerebrales". ¡Porque eso es lo que son! Son errores de la percepción humana.
Quizá sí que hayas visto formas de vida extraterrestre. Necesito más pruebas que tu testimonio ocular y tu foto, cuando probablemente Photoshop ya incluya hoy en día un botón de "Agregar ovni".
Esto es lo que recomiendo: la próxima vez que te abduzcan y estés ahí tumbado mientras el alien te está urgando, dile "¡Eh! ¡Mira eso!". Y entonces coges algo de una estantería, te lo metes en el bolsillo y te vuelves a acostar. Y cuando luego estés de vuelta, dices "¡Mira lo que tengo! ¡He robado un cenicero de un platillo volante!" y lo llevas a un laboratorio.