Este martes en la cuenta principal de Vox en Twitter empezó a notarse un
fenómeno extraño. Apenas colgaban un tuit, docenas de vídeos de
cantantes de pop coreano aparecían en las respuestas. ¿Quiénes eran, qué
querían? Algunos eran simples videoclips, otros estaban editados para
mostrar a los cantantes asiáticos sobre imágenes de Franco, banderas o
líderes de Vox. Las dos etiquetas que usaban tenían un divertido tono
rebelde: #fachaqueveofachaquefancameo o #Abascalprincesa.
“Lo de Abascal Princesa es para ensuciar sus búsquedas en
Twitter”, explica @gwsncity, es decir, para que la red social sugiera
ese adjetivo cuando buscas al personaje. Así hacen los seguidores de
este tipo de música cuando añaden la palabra “racista” u “homofóbico” al
buscar grupos o cantantes rivales. Las estrategias para pelearse entre
grupos de fans del kpop se utilizan también para criticar a un partido
político.
Los seguidores de esta música coreana constituyen una comunidad
vagamente coordinada. Pero cuando tienen motivaciones comunes o
comparten algún malestar, emplean su poder para hacer oír su voz. Una de
las múltiples reglas no escritas en el activismo online es evitar
molestar a los kpopers por su capacidad de organización. En
Dallas derribaron una app de la policía. Pero no fue su única acción
estos días. Supremacistas blancos lanzaron la etiqueta #whitelivesmatter
para oponerse a la campaña #blacklivesmatter, en la base de las
protestas en Estados Unidos. Kpopers inundaron el hashtag con mensajes absurdos o imágenes blancas para quitarle todo el significado.
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