Os sonará el festival de Woodstock de 1969, supongo. Mucho rock, paz, amor, psicodelia y gente feliz en cueros viviendo el punto álgido del hippismo. Pues bien, en el año 1999 los responsables de aquel festival antológico intentaron revivir semejante fenómeno, esta vez en la era del nu-metal, la MTV, American Pie y un montón de drogas nuevas. Spoiler: sale mal. Debido en parte a una mala gestión y organización de los recursos del evento, miles de jóvenes hartos de que les intentaran sacar el dinero y hasta arriba de drogas y alcohol, se vieron envueltos en un torbellino de caos, basura, fuego y destrucción.
Todo esto se cuenta en una breve serie documental estrenada este año en Netflix: "Trainwreck: Woodstock 1999", título traducido en España como "La gran chapuza". Una de las escenas que más llamaron mi atención fue la que podéis ver en el siguiente vídeo, en el que Wyclef Jean (antiguo integrante de The Fugees) interpreta a la guitarra el famoso himno estadounidense, conocido como "The Star Spangled Banner" ("La Bandera de Estrellas"), después de animar a los miles de miembros del público asistentes a hacerle llover todas las botellas de plástico que llenaban el suelo del recinto. El himno de la "nación más poderosa de la tierra" (al menos eso les gusta creer) suena mientras el intérprete es sepultado en basura. ¿Hay una contraposición de elementos que represente mejor a los EEUU?
Como muchos momentos y productos culturales, este no sale de la nada. Se trata en realidad de una revisitación de la mítica interpretación que del himno hiciera el mismísimo Jimmy Hendrix en el Woodstock original, con una guitarra eléctrica y a tope de distorsión.